Hoy hablaremos sobre la economía del fútbol
El fútbol es, en teoría, un negocio bastante sencillo de gestionar. La mayoría del presupuesto se conoce al inicio de la temporada. Los ingresos provienen de la taquilla, los derechos de televisión y los patrocinios. Los gastos son salarios, gastos operativos y amortización de jugadores. Es fácil: no gastar más de lo que se va a ingresar. Con un pequeño problema: los datos muestran que, en promedio y a medio plazo, el rendimiento de un equipo está directamente relacionado con la masa salarial. El mercado de jugadores es bastante eficiente, con pocas excepciones. Hay pocos entrenadores que añadan valor a medio plazo, según Stefan Szymansky, de Soccernomics, el más notorio Sir Alex Ferguson. La premisa está clara: Gasta más, ficha mejores jugadores, gana más partidos.

Pero el fútbol también presenta discontinuidades: clasificarse para la Champions (o subir a primera, como el Éibar) aumenta los ingresos de manera radical. Bien gestionado, el equipo puede consolidar su nivel fichando mejores jugadores. Desciende y es un desastre financiero, los ingresos se colapsan, y lograr el ascenso es un proceso arduo y lento (en ausencia de un propietario rico que financie un mayor presupuesto)
Los clubes de fútbol forman parte, en muchas ciudades, del patrimonio cultural. Los políticos locales sueñan con un club ganador, ir al palco a codearse con la flor y la nata de la sociedad local, tal vez algún día llegar a ser presidentes del club. El banco local, generalmente, trata bien al club, con créditos generosos para cubrir brechas presupuestarias, especialmente si hay una garantía inmobiliaria. Algunos clubes son demasiado grandes para quebrar.
Con un capital inicial se toma una decisión de inversión. Si hay beneficios, el capital al año siguiente aumenta, se puede invertir más, se puede ganar mucho más dinero. Es un círculo virtuoso. Si hay pérdidas, el capital se reduce, hay que partir de una base menor para recuperar lo perdido, es la travesía del desierto. Aumentar el apalanca miento como estrategia de crecimiento es tentador durante los periodos de euforia.
Los clubes españoles tenían ratos de apalanca miento y eficiencia similares a los de la Seria A, la Ligue 1 o la Premier League. Pero algunos eran muy dependientes tanto de los Gobiernos regionales como de las cajas de ahorros locales, y confiaban en la eterna apreciación de sus bienes inmuebles, financiar la escalada en el ranking futbolístico, con una gestión poco profesional. Cuando un shock negativo golpeó la economía española todo empezó a empeorar, primero poco a poco, y de pronto muy rápido.
La crisis redujo repentinamente el apoyo de los Gobiernos y cajas de ahorros locales, algunos patrocinadores desaparecieron, y la expectativa de apreciación de las propiedades inmobiliarias se desvaneció. De repente, muchos clubes españoles, al igual que la economía española, se vieron en una crisis financiera. Nuevos estadios se quedaron a medio construir. La federación amenazó con el descenso por motivos financieros, poniendo a muchos clubes bajo un programa similar al de la troika para España. La Comisión Europea abrió una investigación sobre las ayudas estatales a los clubes de futbol. Los paralelismos entre la economía, las finanzas y el fútbol son múltiples.
Esperemos les halla servido y Agradecemos su atencion



























